“¿Alimentar al niño? Sí, pero no solamente con leche.
Hay que tomarlo en brazos. Hay que acariciarlo, acunarlo… y masajearlo.
Hay que hablar a la piel del pequeño hay que hablarle a su espalda que tiene sed y hambre igual que su vientre. En algunos países, las mujeressaben todavía esto. Aprendieron de sus madres, enseñaron a sus hijas este arte profundo que ayuda al niño a aceptar el mundo y lo hace sonreír a la vida”
Frédérick Leboyer